Diferencia entre LSF y SPF - Esto es lo que deberías tener en cuenta

Al buscar la protección solar adecuada, a menudo surgen preguntas, especialmente sobre las diferencias entre LSF y SPF. LSF significa Factor de Protección Solar y se utiliza en Europa, mientras que SPF significa Sun Protection Factor y es más común en Estados Unidos. Ambos sirven para medir la protección contra los efectos dañinos del sol, pero se basan en métodos de cálculo diferentes. Ambos sistemas ofrecen una protección efectiva contra los efectos nocivos del sol siempre que el producto se aplique correctamente. Independientemente de LSF o SPF, es importante que el protector solar ofrezca una amplia protección contra los rayos UVB y UVA. Los rayos UVB causan quemaduras solares, mientras que los rayos UVA son responsables del envejecimiento prematuro de la piel. LSF/SPF solo indica el nivel de protección contra los rayos UVB.

¿QUÉ SPF NECESITO?

La elección del SPF adecuado depende de varios factores, incluido tu tipo de piel, la intensidad de la radiación solar y la duración de tu exposición al aire libre. En general, se recomienda usar un protector solar con SPF de al menos 30, independientemente de tu tipo de piel. Sin embargo, si tienes la piel muy clara o sensible, o te encuentras en una región con una intensa radiación solar, un SPF más alto de 50 o incluso 50+ puede ser más adecuado. El índice UV también es una medida útil para saber cuán fuerte es la radiación UV del sol y qué tan rápido tu piel puede dañarse. Esto te ayuda a evaluar mejor sus efectos.

¿CADA CUÁNTO DEBO RENOVAR EL SPF 50?

SPF 50 proporciona una alta protección contra los rayos UVB, responsables de las quemaduras solares. Bloquea aproximadamente el 98 % de los rayos UVB. Un SPF de 50 significa que el protector solar protege tu piel aproximadamente 50 veces más tiempo contra las quemaduras solares que si no usaras protector solar. Recomendamos volver a aplicar crema solar con SPF 50, como nuestro Daily SPF 50+ Moisturizer y nuestro Ultra Light SPF 50+, cada dos horas, especialmente durante largos períodos al aire libre o después de nadar, sudar o secarse con una toalla. Si estás expuesto a una radiación solar intensa o tienes la piel especialmente sensible, es posible que debas aumentar la frecuencia de aplicación. Las cremas solares resistentes al agua ofrecen una protección más prolongada, pero no son completamente impermeables al agua y también deben renovarse regularmente.